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El cine es alimento: del espacio al tiempo.

(Fuente: http://blog.mikepan.com/)

Definitivamente se puede pensar al cine cómo una forma de alimentación. Al igual que la riqueza, sus formas son diversas: económica, intelectual, espiritual; uno puede alimentar tanto al cuerpo cómo al espíritu. Y el cine sería uno de los alimentos del espíritu.

El cine, representan  el devenir del tiempo sobre el espacio. Nosotros cómo seres espirituales, inteligentes, lógicos, estamos más cerca del tiempo que del espacio. Si bien el espacio es donde todo parece suceder,  donde nuestra inteligencia produce su sentido, donde la razón se solidifica. El alma, la conciencia, es lo que nos permite disfrutarlo.

El tiempo es donde vive nuestro espíritu, irrepetible, absoluto, imaginario. Cuando el relativismo llego a nuestra inteligencia, transformó el tiempo en espacio para poder medirlo (Newton), así aparece el “segundo”, como espacio que representa al tiempo. Y sobre esto se basa la filosofía natura o física, derivando en todo lo que la tecnología puede realizar.

Esto no quiero plantearlo como un error, lo veo como un destino, determinismo en el destino del hombre. Una historia que tiene su camino, pero que todavía no llega a su fin.

El cine nos ayuda mucho en entender al tiempo, dilatamos sensaciones, rememoramos fantasías, creamos un imaginario compartido, claro y simultáneo.

Con el The Birth of a Nation, se pudo ver, oír, sentir el lenguaje cinematográfico, cómo lo conocemos hasta ahora. El que permitió representar al tiempo, no solo espacio. Montaje alterno paralelo convergente, espacio en función del tiempo para articular historias, para proyectar tiempo. Como todo monstruo fue maldito, fue utilizado por la industria, el gran descubrimiento, el nuevo lenguaje en función de la ideología, un motor creador de sentidos, revoluciones, rememoraciones, alegrías, hombres, mujeres, “consumo”.

Ahora vamos al cine, y dentro de la oferta, tal cómo si fuera un lugar de comidas, seleccionamos lo que vamos a consumir. Al igual que el día al día, sabemos por experiencia: muchas papas fritas, hamburguesas, grasas no le viene bien a nuestro cuerpo (espacio). El exceso de películas “made in Hollywood” esta creando espíritus obesos, sedentarios, dependientes de la grasa, de combustible para moverse.

 

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¿cómo contar lo prohibido? Viridiana, Straw Dogs.

El cine es regulado como se sabe; y sobre lo que se va a contar, o más específicamente, sobre cómo se quiere contar, la ley, censura o regulación, simplemente no permite la distribución de materiales cuyo contenido haga apología a la violencia,  drogadicción o terrorismo: “que el malo termine ganando…”, se podría decir.

En este sentido si pensamos a esto cómo prohibición por la ley del hombre, por otro lado, mucho más delicado, esta la ley de dios. Cómo contar una historia en donde la filantropía católica se pague con violencia.

Viridiana.

En una escena Buñuel, representa la última cena, con un grupo de mendigos.

Viridiana - Escena última cena

Viridiana (Silvia Pinal), antes de entregarse a la vida de monja, decide, por petición de la madre superiora, ir a despedirse de su tío (Fernando Rey).  Poco a poco, esta relación desemboca en deseo, le confiesa su deseo de casarse,  la obliga a quedarse, la droga, le miente que la poseyó… Viéndose rechazado y humillado no allá más salida que el suicidio. Su hijo natural Jorge (Francisco Rabal), hereda junto a Viridiana la gran casa.

Viridiana, luego de la tragedia decide no volver al convento y en su lugar decide recoger un grupo de mendigos con el fin de ayudarlos a vivir mejor.  Lejos de ayudarlos, los corrompe aun más, cómo animales salvajes llevados a una casa. Evaluar el estado de la vida de la gente los hace mezquinos, luego pretender mejorarla termina en soberbia.

La ingenuidad de Viridiana, que era su mayor valor se rompe con los mendigos.

Ahora bien, en el final original de la película Viridiana  entra a la casa con Jorge y se quedaban los dos juntos. La censura, dejo pasar la última cena, relacionándola con el cuadro, pero el final simplemente no podía ser. Es así como se le ocurre que se quede con la sirvienta, jugando cartas. Hay una lectura, tomando en cuenta que la sirvienta era amante de Jorge, de suponer un triángulo amoroso. Mucho mas atrevido que el final original, todo esto por la censura, por la prohibición misma.

 

La ley del hombre.

Straw Dogs: Apología a la violencia.

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Esta película lleva la violencia a niveles intolerables, pero al mismo tiempo nos maravillán las imágenes (discurso audiovisual).  Dustin Huffman es David Summer, un matemático, norteaméricano que va becado a un poblado en Inglaterra, va con su esposa Amy. Las relaciones de poder que se van articulando tiene un espectro muy amplio, podríamos decir que circular. En el sentido que ruedan por completo ideas opuestas: del amor a la violencia, de la cordialidad a la violación, del respeto a matar.  El dinamismo de la historia, hace que todo vaya surgiendo cómo parte natural del hombre, de la relación con la mujer… de las provocaciones, de la correspondencia, de los consentimientos, de la complicidad… y por otro lado el sexo, las matemáticas, el poder, la violencia. Todo se va dando de tal forma parece consecuente. Pero cuando Mr. Summer no responde al hecho que sus trabajadores le hayan matado y colgado a su gata, se produce un movimiento de avanzada, de acumulación.

Su justificación: el amor, la supervivencia, la situación, el sexo,  el amor, no hay bueno, no hay malo.

 

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Birdcage Inn: Las putas de Kim Ki-Duk.

La estrategia del director Sur-Koreano es el sigilo, su discurso solapado en la solemnidad de lo cotidiano, es un respeto a las formas causales de la sociedad, por más horrendas o inquietantes sean. La prostitución, el abuso, la violencia contra la mujer, la familia; todo siempre desemboca en el amor. El amor como arte del cuerpo, que deriva en el alma por reflejo natural, más que por intenciones o sensaciones; las sensaciones se vuelven elementos visibles y carnales, casi siempre por necesidades de la sociedad; acaso las putas no son las heroínas que evitan el desenfreno total de la sociedad…

Birdcage_Inn_(1998)

Esta es la situación de Birdcage Inn, tercera película del director. Jin-a, una prostituta muy bella, que llega a Birdcage Inn a reemplazar a otra prostituta. Este motel, es mantenido por una familia completa, con un hijo (Hyun-woo) y una hija (Hye-mi). Si bien se desarrollan varias relaciones, al que me gustaría rescatar y a mi parecer la profunda del relato, es la que se da entre Jin-a y Hye-mi.

Jin-a, hermosa, su rostro trasmite ternura, y la ternura deriva en exigencia y violencia, es el sexo disfrazado de necesidad, o el amor disfrazado de sexo, o la necesidad disfrazada de amor, o simplemente la necesidad del sexo, el primer vicio que quiso salvarnos el cristianismo, sin fortuna; por eso se dice que es la profesión más antigua.

La realidad pura, para un relato, es inverosímil, es por esto que hay que ficcionalizarla, retocarla para que resulte verosímil, para que nos involucre; parecería que la belleza de Jin-a, responde a esta situación. Cuando los hombres vemos a una chica tan linda, en general, es inevitable fantasear con ella, es casi una responsabilidad disfrutarla con la mirada y la mente, y si la tenemos a disposición, nuevamente en general, sería muy complicado no abordar su cuerpo. Es lo que va pasando en la película, con cada hombre que pasa a su habitación, algo de nosotros participa en ese acto.

Ahora bien, que pasa con las mujeres. Hye-mi, representa a todas las mujeres, o más bien, la evolución en su personaje va representando la diversidad de sensaciones que afronta una mujer ante esta realidad (representación). Es la muestra clara de que los hombres afrontamos un mundo de sentimientos primitivo, primarios (regidos por el sexo), y es a través de la mujer que ampliamos este espectro a lo absoluto. Si vemos al amor como un mundo de sensaciones circular, Hye-mi, da la vuelta completa, hasta reencontrarse con el inicio que no ha cambiado, pero ella en este proceso sí.

Al final el mundo no cambia, los hombres con su necesidad, las mujeres con su devoción, y el amor cómo resultado, una bestia hambrienta, que se sacia con sexo e instantes de respeto.

 @di0genez

 

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Rupert Pupkin y la comedia de la vida

 

Hoy ví, The King of Comedy, de Martin Scorcese, con Jerry Lewis (Jerry), Deniro (Pupkin) entre otros. Fue muy en la mañana, me levante cómo con una resaca que inicia. La película me sirvio de encebollado, tal cual.

La situación, un prospecto de comediante, o más bien Rupert Pupkin, decidido a conventirse en el comediante que hará el primer número en el tv show de Jerry.

Toda esta trama, avanza con ires y venires de deseos imaginarios, que a rato se confunden, nos obligan a internarnos en Pupkin, hacen al relato más intimo, invasivo; por la complicidad de una aventura claramente sin futuro, ridicula. La escena donde llega con la chica a la residencia de Lewis, nos obliga a evaluar la posibilidad que sea simplemente la imaginación, volviendo a hacer aun más intimo, somos parte de la humillación. Así utiliza esta sensación para transformarla en satisfacción, en deseo de mal (sed de mal decia orson).

Cuando gira la historia, toda una gran determinación ya se ha tomado, de golpe en el acto, secuestrar a Jerry, y con un delito logran mágicamente hacer su sueño, su anhelo, su imaginación realidad. Si bien la salida podría verse cómo un cliché, su contraste con la intimidad comprometen la complicidad de la lectura.

En los últimos momentos, cuando su propósito se cumple, se ve a si mismo contando su vida, su situación inmediata, cómo si fuera un chiste, más bien, la que justamente resulta ser un chiste, en realidad un muy buen chiste, para la vida.

Recomendable a pleno.

@diogenez_